Muchas conocidas colectivamente como moscas de la inmundicia debido a la asociación con basura, excrementos y carroña, convirtiéndose con facilidad en vectores de enfermedades. Recogen patógenos cuando caminan o se alimentan sobre material contaminado y alguna de ellas, como la mosca común, regurgitan sus jugos digestivos y defecan donde comen o descansan.
Pueden portar más de 100 patógenos humanos incluyendo Salmonella, Eschirechia coli, Campylobacter y Helicobacter, entre otras.
Una sola mosca, al caerse en el refresco de un niño, puede suministrar una dosis letal.
También son portadoras de parásitos como el Cristosporium y patógenos virales como el virus de la polio, conocido como Coxakievirus y los enterovirus. Pueden transferir huevos y quistes de varios céstodos y nemátodos, en particular los escáridos y el anquilostoma.
Algunas personas sufren reacciones alérgicas a la picadura de la mosca de los establos, la mosca más común en áreas urbanas.
La miasis intestinal puede ser provocada por más de 50 especies de moscas, cuando se ingieren larvas ocasionando malestar general, vómitos, dolores y diarrea.
La mosca de la carne, la común, la de los establos, entre otras, también pueden ocasionar miasis infectando tejidos vivientes con huevos y larvas.
Pueden mover sus alas 200 veces por segundo y uno solo de ellos es el encargado de realizar un cambio de dirección para huir.
Tienen una visión de 360°, no pueden enfocar a través de sus ojos compuestos (omatidios), no pueden distinguir colores (no detectan el color rojo, por ejemplo) pero pueden ver la luz polarizada a diferencia de los humanos.
El ciclo de los mosquitos desde su estado de huevo a adulto dura entre 9 y 14 días y su principal hábitat de reproducción es el agua tanto limpia como contaminada (pantanos, estanques, charcos, canaletas, letrinas, neumáticos, floreros, etc.)
Cambian fácilmente de hábitats, adaptándose a los cambios climáticos y fenómenos naturales como inundaciones de terrenos. Los más importantes son las especies que se alimentan de distintos tipos de huéspedes, especialmente en áreas urbanas donde se reproducen en pequeños recipientes de agua y sirven de vectores puente entre las aves y los mamíferos, incluyendo las personas.
La regla de oro del control de mosquitos es llegar a la raíz del problema, controlar las larvas.
Las dos especies más comunes en Chile y que causan daño económico, como también problemas de salud pública son las conocidas Polistes o Papelera (Polistes sp.) y Chaqueta amarilla (Vespula germanica)
La avispa papelera construye sus nidos de una materia parecida al papel que es una mezcla de fragmentos masticados de la madera y sus secreciones salivales. El avispero es parecido a un paraguas y normalmente ubicado en las cornisas, aleros y entretechos.
No son tan agresivas como las chaquetas amarillas y solo pican a las personas que se aproximan a sus nidos. Se alimentan principalmente de frutas maduras y tienen la particularidad que no atacan a las abejas.
La chaqueta amarilla es mucho más peligrosa y agresiva, construyen sus nidos normalmente bajo la tierra, bajo un árbol, en paredes de edificios, etc.
En el medio rural provoca en alguna ocasión daños importantes en la fruta madura, atacan a colmenas y complican faenas como de cosecha principalmente, además atacan a algunos animales que presenten alguna herida.
Hay personas que son muy alérgicas al veneno que inyectan por la picadura, desarrollando urticaria e incluso problemas respiratorios y problemas para tragar.
Son las mariposas nocturnas, cuyas larvas devoran alimentos almacenados, muebles de madera, agujerean ropa en los clósets y destruyen libros, cuadros y telas, problema muy grave en bibliotecas, librerías y museos.
Algunas especies poseen una tasa de crecimiento altísima, una sola pareja de polillas en un par de meses puede desarrollar una familia lo suficientemente inmensa para infestar varias toneladas de producto.
La polilla de la ropa, al contrario de la mayoría de las polillas no se siente atraída por la luz, sino que busca lugares oscuros para ocultarse, vuela muy poco y algunos individuos incluso nunca vuelan, desplazándose a saltos o corriendo.
En el caso de las polillas de la despensa, los alimentos que las orugas están atacando presentan manojos de tela en su interior y cuando alcanzan tamaños mayores se pueden observar fácilmente en los contenedores o lugares donde esté almacenado el alimento.
Los cereales y las harinas son los alimentos más propensos a ser contaminados por estos insectos.